Notas sobre la Torre Esmeralda
La Torre Esmeralda se encuentra en una ubicación estratégica, a pasos de supermercados, tiendas y servicios esenciales. Su cercanía a la Playa Brava, Parada 6, permite disfrutar del mar sin depender de transporte.
A solo 10 cuadras del centro de Punta del Este, se accede fácilmente a casinos, restaurantes, puerto de yates y marisquerías. Para moverse por la península, taxis o Uber permiten recorrer cualquier punto con comodidad y seguridad.
El edificio está muy cerca de la calle principal Gorlero y del Shopping Center, que ofrece panaderías, rosticerías, peluquerías, estaciones de servicio y todo tipo de servicios complementarios.
Conociendo el entorno
Uruguay cuenta con un excelente servicio de transporte público, aunque quienes prefieran movilidad total pueden alquilar un automóvil en Punta del Este o directamente en el Aeropuerto Internacional de Carrasco (MVD). Desde allí, un recorrido de unos 100 km lleva al garaje cubierto exclusivo para los huéspedes de la Torre Esmeralda.
Con el vehículo, es posible explorar playas y balnearios cercanos de gran encanto:
- La Barra: balneario elegante, conocido por su animada vida durante la temporada de verano, con tiendas de artesanía, galerías de arte, restaurantes y bares.
- Punta del Diablo: pintoresco pueblo de pescadores y artesanos, ideal para surfistas y quienes buscan tranquilidad o vida nocturna relajada.
- Barra de Valizas: destino bohemio, rodeado de extensas dunas, playas y un ambiente artístico único.
- Cabo Polonio: enclave rústico dentro del parque nacional, famoso por su tranquilidad, cielos estrellados y ranchitos coloridos sin energía eléctrica.
- La Pedrera: pequeño balneario con formaciones rocosas de más de 500 millones de años y animada vida nocturna en temporada.
- La Paloma: ciudad balneario con infraestructura turística completa y playas variadas en oleaje y paisaje.
- José Ignacio: exclusivo y glamoroso, con playas sofisticadas y centros gastronómicos de alto nivel.
- El Chuy: frontera con Brasil, famoso por sus playas y el atractivo del Free Shop.
